Al experimentar un ataque, la persona con asma atraviesa por períodos de presión en el pecho, silbidos al respirar, tos, respiración entrecortada y dificultad para condicionar el sueño. Uno o más de estos síntomas pueden indicar un ataque.
Las personas con asma pueden experimentar ataques leves, moderados o severos, incluso ataques que amenazan la vida por la dificultad para respirar si no se les trata apropiadamente. Por lo general, los períodos libres de síntomas se alternan con períodos de síntomas agudos (ataques asmáticos).